Análisis sintáctico de una persona
Rápido reflejo en sus pupilas, un brillo casi imperceptible (al mismo tiempo indescriptible). La duda, o una firme expresión segura. Su sonrisa, tambalea o se resbala, se derrite como crema o te aclama. Sus dedos se enredan en largos mechones que brillan con tanto juego. Sus manos se me enganchan y desenganchan a gusto del consumidor, llenas de esplendor. Y sus pies bailan al ritmo de los versos con los que torpemente me expreso. Entre un sueño y la realidad analizo sus movimientos, buscando una explicación razonable que encaje con las medidas de un cuento. Pero si de herramientas se tratase, no habría metro alguno que acertara su talla, ni cincel para tallarla. Es un sentimiento mutuo, el de tratar de encajar el sujeto con el predicado en un ambiente no demasiado verbal. Y es que a una persona se la puede analizar, pero no encontrarás campo en donde clasificar a aquellas que se salgan del estilo de frase normal. Como una subordinada adverbial espero que sigamos como siempre.