Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2021

La hiedra durmiente

Mi niña, eres la musa de mis canciones tristes... Érase una vez y otra y otra y otra vez, era una de esas en las que vuelves a caer. Una planta sin flores que parece marchita, pero que cada año crece y hasta luce bonita. La hiedra durmiente, enredada entre la gente, se extiende, se parte, la cortan y entreteje sus ramas y hojas, sus rayadas, sus historias... Siempre perdiendo, nunca florece, ella lo intenta mientras otros dan por hecho que muere. Que no vale, que se seque. Estará dormida, susurran, porque no da vida... La hiedra durmiente entre voces malolientes tiene un aroma independiente. Parece que flaquea, que se pierde...  Pero ella siempre tiene ángeles que la rieguen. Le gusta jugar con fuego y navajas de filo, momentos puntuales marcaron su destino, creó fama sin amigos, corazón dolorido. Escribe poesía sobre sus desatinos... La hiedra durmiente cree en el amor, es apasionada y vive noches de terror, pero amanece. Ella amanece. Pocos lo notan, pero el sol la quiere. Porque...

Palermo

Morir mirándote a los ojos, sabiendo a ciencia cierta que tú está pensando en otro.  Engancharte a la depresión, no poder superar esa adicción, tenerte antojo. Que se me escape un detalle, cometer un error y que te cale. Impregnarte de decepción. Todos mis defectos, volcar en ti falsos argumentos. Pagar contigo esta mala racha, ahogarme en mentiras... Verte suplicando, harta, llena de ira. Gritar. Entrar en la boca del lobo siguiendo tus pasos, merece la pena. Por tu abrazo. Merece la pena. Por tu besos. Merece la pena. ¡Y qué pena! Lo sabe Dios... Que moriré soñando, lo seguiré intentando, mantendré la compostura así me cueste la cordura. Porque por ti... Todo merece la pena. Pca

Una nueva perspectiva

Te lo di todo y me dejaste de la nada, ya no busco mi mitad, el mundo es mi manzana. Menos mal que Dios me tiene acompañada. Una nueva perspectiva. Mismos ojos, distinta mirada. ¿De qué me sirve andar desesperanzada? Tengo claro que en esta vida he sido engañada. Pero la verdad es mi escudo, el amor mi espada. Esta guerra la tengo ganada. Y no vivo esperando que me caigan pedazos ni aguardando las sobras que resbalan por tus brazos. No anhelo besos robados, miradas fingidas ni abrazos forzados, no necesito envolver mis propios regalos. El amor de mi vida ya lo tengo, al dormir y cuando despierto. Por WhatsApp, a mi lado, en la distancia y el recuerdo. En un email, en el patio y en el sofá cuando vuelvo. Todo, ya lo tengo. Tú me hiciste un castillo en las nubes, se desplomó. Reabriste las heridas de mi corazón. Te eregiste como rey y no eres más que lacayo. Sin embargo, a mí alrededor... El mundo entero postrado, lo mejor y más deseado, a mi lado. Qué alegría tan sencilla esta nueva per...