Exigencias de sangre
He lamido tus heridas, sentiste asco de mi saliva. Me arranqué la piel para darte calor, te supo a poco mi amor. Y aquí estoy en los huesos, presa del helor. Sin abrazos ni besos se acentúa el dolor y el temor sale ileso. Cuanto más te explico, menos te entiendo. Cuanto más me doy, menos te tengo... ¿Qué será el amor sino un capricho del fuego? Que quiso conocer todas las reglas del juego y acabo incendiando todo en el intento. He lamido tus heridas, ya no me queda saliva. Me arranqué la piel y ahora estoy en carne viva. Dime, Dios, cómo hacer... Cómo hacer en estos días pa' no sucumbir a la verdad de sus mentiras. Pca