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Mostrando entradas de octubre, 2011

Culpabilidad y azar

Nunca sabes cuando te va a tocar. Llega por sorpresa. Se te sobreviene, y ni imaginas cuanto pesa. Duele de diversas maneras, tantas como formas tiene. Se ríe de ti. Es cruel y ambicioso. Luce vestidos hermosos. Trabajador desenfrenado lleva a cabo, hasta el final, los planes que caen en sus manos. Medita y premedita. Se concentra. Te irrita. Juega sus cartas con clase, te excita. Sabe, que es lo peor. Conoce, y produce dolor. Y cuando te toca....te enamora, te apasiona, te controla, te disloca, te emociona y te trastoca. No dejes que te persiga, mantén a salvo tu vida. Pca.

Lo sabía.

Misterioso sentimiento, quizás considerado poder. Ver antes de que los demás lo vean, olerlo antes de que lo puedan oler. Saber, grandioso verbo, cuál cosa va a suceder. Es tremendo, aparato sensitivo, locuaz, grandilocuente y atractivo. Adelantarse a un latido y no tener claro ni lo que escribo. Es como deslizarse, pasear sin un destino, y al llegar saber que siempre supiste a dónde ibas,de dónde has venido. Casi un suspiro de actualización , pero un suspiro del corazón.  Adelantándose sin querer, Pca.

En el limbo de mis ojos cerrados

Hoy ha sido una de esas mañanas en las que mis párpados se han resistido a despertar. Frente al espejo los he visto luchar tratando de permanecer cerrrados. Supongo que mis sueños eran demasiado bonitos y...no querían dejarlos escapar. La mente humana tiene la capacidad de centrarse en algo mientras se permite el lujo de distraerse con otros pensamientos. Y opino que llega un punto en el que las distracciones alcanzan casi consistencia física, alma corpórea de sueños que limitan con la realidad impulsados por la fuerza del deseo. Y mientras cada mañana mis párpados protegen mis sustanciales sueños, como una madre protege a sus hijos del miedo y el fuego, mi mente se esfuerza en centrarse en la realidad que es constantemente invadida por sueños extranjeros de dulzura desmedida. Esforzándome por centrarme en una realidad que se asemeje a lo que sueño y parezca de verdad. Pca.

Jugando a ser poeta

Me he acostumbrado a dejarme sorprender, a permitirle a tus ojos atravesar mi piel, a sentir lo que tú sientes y a ver lo que tú ves. Y es el miedo que me recorre hasta la punta de los pies, de perderte en un descuido y ya no volverte a ver....¿Pero qué me pides, mi cielo? Deja el miedo en el poema, pero quítatelo tú. Pues es el miedo la angustia que actúa, que no eres tú. Y empecemos de nuevo, haciendo libre este vuelo, alejándonos del suelo, jugando a mezclar las rimas, con nubes y con sueños. -Merece la pena este juego si te gusta a ti, incluso diría que me hace feliz. Pca, más segura.

No muevas montañas

Quédate parado. ¿No puedes? Te entiendo, hay una fuerza extraordinaria que te empuja a moverte. Algo sobrenatural que te arranca por dentro. Te coge y te coloca, estratégicamente, en una posición con espacio delimitado y te entrega unas pautas a seguir (obligado) escritas con sus propias manos. Una serie de sucesos acaecidos te brindan la oportunidad de rebelarte. Pero...¿puedes? ¿Está escrito en las leyes? Dicha opción...¿se te concede? Diría que no, me arriesgaría. Y es que a veces caminas y no tienes muy claro quién es realmente el que pisa. Y sientes que caminas en vano, esforzándote por alguien que ni se ha fijado en que esta mañana, cuando él lloraba, le has mirado y sonreído y le has acariciado la mano. No muevas montañas por aquellos que no moverían ni una piedra por ti. Pca, dudando.

Delírios de tren

Ya estoy en el tren. Esto se mueve mucho. Hay miles de asientos libres pero jsuto a mi me ha tocado compañera, y me parece una falta de respeto cambiarme de sitio...trato de mirar al pasillo para no incomodarla, esto de ser educada me va a traer dolor de cuello. Además, adíos a disfrutar del paisaje porque la ventana es toda suya. De todos modos esto va tan rápido que me habría mareado...no, no voy en el AVE pero soy fácil de impresionar (en cuanto a velocidades). Delante mía hay una china que ha conseguido dormirse ¿Cómo puede? Se va a partir el cuello...Sin duda la capacidad de adaptarse humana es fascinante. Mi compañera, por ejemplo, se ha quitado los zapatos, para adaptarse al medio(y sensibilizar mejor con él). Y los de mi derecha tienen un equilibrio brutal, no se han meneado ni una vez (¡y os juro que esto tiembla!) No sé...hay gente hecha para viajar.(Uau acabo de descubrir que mi compañera tiene diez años menos de los que yo pensaba..) Leer, comer, beber, hablar, dormir, ...

El misterio del tiempo

Tratando de reunir los caracteres necesarios para expresar todo lo que siento, medir mis pulsaciones y plasmar cada una de mis respiraciones en una sola frase me encuentro, con casi un párrafo entero. Y es que a mi eso de lo bueno y breve dos veces bueno me sabe a poco. Porque reconsiderando el sentido de la palabra breve (una o dos horas), hablando, el tiempo se me pasa volando y a veces los segundos parecen expandirse como gases que tratan de acaparar todo un lugar. Y ahora me identifico con ese gas, queriendo abarcar todo y fallar en nada, aunque eso sería otro desvarío. Pero insisto que hay personas que el tiempo devoran, con excitación y movimiento, y si se alejan todo parece pesado, pesado y lento.

Equilibrio

Tengo muchísimo calor. Aunque peor tiene que estar pasándolo ese gallo de plumas negras que baja por la carretera (lo cual se me antoja inverosímil).  Ambientada con música de cascos bajo el camino lleno de piedras, y es por la ilusión de subirme en el columpio que acelero haciendo chirriar las ruedas del viejo carro. Y es curioso como, del mismo modo que la sombra parece unirse con la punta de mis tenis al elevarnos, nuestras mentes parecen conectarse mientras nos columpiamos. Con menos de un año, y con casi dieciocho, conseguimos el equilibrio perfecto del columpio. Y cuando freno se me escapa el aliento y él se deshace en carcajadas. ¿Cómo puede algo tan pequeño sentir lo mismo que yo y al mismo tiempo?

Mundos, sonrisas y corazones.

Es la expectación hasta el último momento. Son esos segundos esperando su respuesta. Ese deseo de leer en sus ojos la aceptación que me hace dar el paso a mi, que me hace aceptarlo.  Porque entre un juego, variado y complejo, de sentimientos, es la tranquilidad que refleja la que acompasa mi corazón. Y no es tarea sencilla devolverme al ritmo natural, porque hablando de latidos adaptarme se me da fatal. Pero es cuando llega la sorpresa de que lo ha conseguido, al final, cuando son tan grandes mis pupilas que se pueden derramar. Y así cada día empaño mis mejillas con la certeza de no hacerlo en vano, y de encontrarme tranquila con el corazón bien cuidado.  Y me asegura una sonrisa dibujada a mano, en un soporte no definido de un mundo por nosotras creado.