Donde viven las cartas

T-lo dedico.

Donde viven las cartas me dejé caer un año encontrando mi sitio como oveja en su rebaño. Hice de tu piel, papel y te escribí con mis manos de tinta y sueños renovados. Visité de corazón paraisos lejanos que con tu respiración hiciste cercanos y me invitaste a pasear por el río de tus manos.

Tuve un sueño reticente a desperta que fue tu voz, un enredo inexplicable con tu pelo y un mar de incontables deseos... Que en tu cabeza e ilusión se hicieron fuego. Quemamos el mundo con un sello y donde viven las cartas nos inventamos un juego, lo llamamos amistad y creo que luego... Sí, vino lo de volar y aquellos frenos. Derrapamos en la playa, sobre el suelo, encontramos el tesoro y al tesorero (del que me enamoré, por cierto).

Fue una historia tan bonita que lo sigue siendo. Feliz día del libro de mis recuerdos.
Pca.

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