Jóvenes en pandemia

¡Cuántos son los castigos,
innumerables desafíos!
Menor de treinta,
vivir intenta.
Aún bajo el peso de la inseguridad
adolescente incertidumbre,
miedo a la realidad.
Cruzando el llanto en piragua,
sedientos rodeados de agua
se ahogan.
Mandíbula apretada
frente al que te devora,
pecho firme y mascarilla,
para ahogar tantas mentiras.

Jóvenes en pandemia
tratando de despegar,
sin seguro,
el golpe en el asfalto
es aún más duro.
Jóvenes en pandemia
no sabiendo a qué jugar,
se me agotan las partidas
para intentar encajar.

Encajar en un mundo podrido,
atrapado, dolido.
Lejos del falso estado de bienestar,
deseo aprender a volar,
a soñar entre mis versos
que alcanzamos el consenso
y conseguimos la paz.
La gente que se muere de hambre
también tiene insomnio
y a los que duermen en la calle,
les acecha el oprobio. 
Mente humana, corazón animal.
Un dolor agudo, punzante, descomunal
que se convierte en frontera,
que rechaza tus ideas
y tu forma de pensar,
te roba la libertad.
No importan tus candidaturas,
ni tus ganas de aprender,
rechazarán tu cordura
por tu color de piel.
Tú soñando con la luna,
ellos amasando fortunas.
Requisito indispensable,
tener la experiencia
que jamás vamos a darte. 
¿Es que no quieres enterarte?
Nuestra misión es agotarte.
Tendrás que volverlo a intentar,
unas cuantas horas extra más,
quizás un par de meses
sin cobrar y, por supuesto,
se te escapa el presupuesto.
Buen intento el de preguntar
si te darán de alta
en la seguridad social.

Jóvenes en pandemia,
aprendiendo a rimar
conjugando los esfuerzos
con la sonrisa natural.
Jóvenes en pandemia
inventando una historia más
que los libros de texto
un día recogerán.

Y gritará nuestro empeño,
el futuro es solo un sueño
que Calderón de la Barca describió,
«los sueños, sueños son».
Pero hay que soñar despierto
mientras cazas tu alimento
y mantienes al jefe contento
con el InfoJobs ardiendo
y el corazón, a duras penas, latiendo.
¿Será quizás falta de ingenio?
¿O es que los recursos 
se dividen por gremios?
Moción de censura a la humanidad,
se reúne el semiciclo
para impedirnos votar.
¿Por qué no propone la reforma
un ciudadano ejemplar?
Esto de la alta alcurnia
nos está saliendo mal.
Linaje traicionero,
entre decepción y desenfreno,
haz hueco para el postre
que a esta ronda invita Dios.
Tenga piedad de nosotros,
la tormenta que se avecina
que anoche le presté
el paraguas a la vecina,
no quiero estar empapada
si no es de olas de mar
de arena de esas playas
que en verano no pisarás.
Un año más a quemarte
no solo la piel sino más bien el arte,
la intención e incluso la ilusión.
Quemarte a intentar
que cojan tu currículum,
ganar experiencia haciendo el ridículo
que el resto del año te ignorarán
y durante el periodo estivo
te pagan menos por más.
Y hablando de pagar,
impuestos.
Ilícito número sangriento,
del que no hay forma de escapar.
¿Cuántos decimales quedan
para poder respirar?
Entre semana te entrenas
para aceptar fracasar
y no se te escape una queja:
no existen las macrogranjas
ni la salud mental.
Cocina muy de mañana
o espera a la madrugada,
lavadoras preparadas
hoy nos toca trasnochar.
Y la desescalada
a la sexta ola, quizás.
Mientras tanto ve enseñando
a tus hijos a nadar.
A nadar entre desafíos,
caníbales y circos vacíos.
Entre variantes,
respiradores, sedantes.
Ojalá poder abrazar
como lo hacíamos antes.

Jóvenes en pandemia
seguimos adelante
y si se levanta otro muro,
honraremos a Berlín.
Jóvenes en pandemia
eternamente en pie,
con la pasión alerta
y la esperanza abierta.


Pca

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