Fuego y viento en una sola piel
Delirios Y yo muriéndome por volver a conocerte, yo muriéndome por verte. Qué arrogantes mis ganas de ti, qué egoístas mis fantasías... ¿Y bien, querida mía? A mi propia alma me dirijo. ¿Qué esperas ya, a qué te aferras si diluyes con tus lágrimas lo que sueñas? Aquello que deseas se estremece cuando piensas que <<jamás>> no es tan lejano, aquello que deseas tambalea con sus pasos. -No dominas todo el Mundo cuando miras, pero te falta poco. ¡Déjame respirar! En mi colchón, un mal despertar ya es costumbre, colecciono amaneceres amargados, gritos matutinos de rencor desesperado. ¡Déjame respirar! Ya está bien de tanta lección, donde quedó la educación y se perdieron los valores me dejé la hipocresía. Sinceramente, verdad mía. Así que no me vengas con historias y lamentos, que mi corazón se retiró de cuentacuentos el día que aprendí a leer. Crecer. Siempre lo ansié, qué perdida de tiempo comerme los años y qué satisfactorio devorarte a ti, soñando. A besos,...