Te lo di todo y me dejaste de la nada, ya no busco mi mitad, el mundo es mi manzana. Menos mal que Dios me tiene acompañada. Una nueva perspectiva. Mismos ojos, distinta mirada. ¿De qué me sirve andar desesperanzada? Tengo claro que en esta vida he sido engañada. Pero la verdad es mi escudo, el amor mi espada. Esta guerra la tengo ganada. Y no vivo esperando que me caigan pedazos ni aguardando las sobras que resbalan por tus brazos. No anhelo besos robados, miradas fingidas ni abrazos forzados, no necesito envolver mis propios regalos. El amor de mi vida ya lo tengo, al dormir y cuando despierto. Por WhatsApp, a mi lado, en la distancia y el recuerdo. En un email, en el patio y en el sofá cuando vuelvo. Todo, ya lo tengo. Tú me hiciste un castillo en las nubes, se desplomó. Reabriste las heridas de mi corazón. Te eregiste como rey y no eres más que lacayo. Sin embargo, a mí alrededor... El mundo entero postrado, lo mejor y más deseado, a mi lado. Qué alegría tan sencilla esta nueva per...
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