Manzanas y otras formas de respirar

¿Cómo de ligero es el cuento que te cuento nada más despertar? ¿Cuánto de hábil la sonrisa sin prisa que te quiero robar? Así de fuerte, estridente, natural y diferente, será la verdad de permanente. 
Pues nada mejor que una manzana para alegrarme la vida, nada mejor que tus perfectas salidas. Nada mejor que un descanso incluso mejor si te canto y finges que lo hago bien. Y al cien por cien, qué decente... Como una palabra inocente que acaba de nacer... Solo espera la acogida de la dulzura desmedida que nos sabe guiar bien. 
¿Pero quién? Quién será capaz, me refiero, capaz de enfrentarse al miedo y saberse las reglas del juego. Si yo siempre huído y ahora creo, si siempre he caído y ahora vuelo...

Gracias a Él todo es nuevo. 

Pues nada mejor que una manzana para alegrarme la vida, aunque tenga que esperar mil millones de días pues más dulce que una amarga despedida, un solo bocado, a tu lado. 

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