Ni las redes sociales
Que se mezcle entre tus novedades mi apatía, que pase desapercibida. Pues ni abulia ni hastío merecen la pena, y menos en estas fechas.
Feliz navidad lectores.
Esos tiempos en que ni las redes sociales me distraen, me hacen cosquillas ahora. Y en realidad no son esas cosquillas que roban sonrisas, sino unos arañazos que me hartan, que me duelen. Poco a poco profundizan sus retazos de dolor detallando con esmero complejos sistemas de quemarme sin fuego.
Y esta mañana se me ha roto un sueño y me sale sangre. Pero estoy harta de sangrar ilusiones, de derretir corazones tras los poros de una piel vedada, de tacto prohibido, de sueños dormidos.
No consigo enlazar párrafos sentidos. Y no aguanto más, versos cortos ¡basta ya! Odio no entender las cosas, no encajar con entereza situaciones imperfectas. No consiento nos pero los voy repartiendo, y solo pido un poco de distracción, algún cotilleo que no lleve mi apellido.
Necesito dejar de necesitar, tratar de empezar. Quizás sea el momento de dejar de ser para serlo de nuevo. Olvidarme por completo de subordinaciones yuxtapuestas y empezar a coordinar con nexo. ¿Alguno se ofrece? Los requisitos son simples: no hacerme daño, soportarme y quererme. No es mucho pedir.
¿Y qué si mendigo amor? No me cargues, Desilusión. El fonema ene está harto de mi, pero es que no puedo ya seguir así. ¿Cuántas veces he gritado stop cuando era a mi misma a quien intentaba frenar? Y nunca he parado, al menos yo no lo he notado. Y ahí es donde entras tú, y tus palabras llenas de ánimo. Y ahí mismo se pierde el sentido y llega la dependencia.
¡Fuerza! Te estoy llamando. ¿Es que no me escuchas? Solo quiero que vengas, cosas mayores has hecho. No me niegues tu ayuda porque no pienso renunciar. Desistir, resignarme...odio esos verbos.
Y esos momentos en los que ni las redes sociales me sacan de ti atacan de nuevo, pero no me preocupa deshacerme en (contr)adicción y desenfreno. Ahora no me importa nada. Esto es lo que quiero.
Felicidad, ven un momento. Quédate para siempre, es solo un rato. El surrealismo de este texto tiene fuste entre tus rizos. No me importa si te importa si es importante o te deja de importar, no me importa, de verdad. Solo quiero diluirme.¡No me hagas llorar!
Me acuarelo en tus lágrimas de emoción. Brilla tu sonrisa en el espejo de mi corazón.
Déjame pasar, solo voy a quedarme toda la vida. ¿Quieres?
Pca. Harta de las cosas cortas.
Feliz navidad lectores.
Esos tiempos en que ni las redes sociales me distraen, me hacen cosquillas ahora. Y en realidad no son esas cosquillas que roban sonrisas, sino unos arañazos que me hartan, que me duelen. Poco a poco profundizan sus retazos de dolor detallando con esmero complejos sistemas de quemarme sin fuego.
Y esta mañana se me ha roto un sueño y me sale sangre. Pero estoy harta de sangrar ilusiones, de derretir corazones tras los poros de una piel vedada, de tacto prohibido, de sueños dormidos.
No consigo enlazar párrafos sentidos. Y no aguanto más, versos cortos ¡basta ya! Odio no entender las cosas, no encajar con entereza situaciones imperfectas. No consiento nos pero los voy repartiendo, y solo pido un poco de distracción, algún cotilleo que no lleve mi apellido.
Necesito dejar de necesitar, tratar de empezar. Quizás sea el momento de dejar de ser para serlo de nuevo. Olvidarme por completo de subordinaciones yuxtapuestas y empezar a coordinar con nexo. ¿Alguno se ofrece? Los requisitos son simples: no hacerme daño, soportarme y quererme. No es mucho pedir.
¿Y qué si mendigo amor? No me cargues, Desilusión. El fonema ene está harto de mi, pero es que no puedo ya seguir así. ¿Cuántas veces he gritado stop cuando era a mi misma a quien intentaba frenar? Y nunca he parado, al menos yo no lo he notado. Y ahí es donde entras tú, y tus palabras llenas de ánimo. Y ahí mismo se pierde el sentido y llega la dependencia.
¡Fuerza! Te estoy llamando. ¿Es que no me escuchas? Solo quiero que vengas, cosas mayores has hecho. No me niegues tu ayuda porque no pienso renunciar. Desistir, resignarme...odio esos verbos.
Y esos momentos en los que ni las redes sociales me sacan de ti atacan de nuevo, pero no me preocupa deshacerme en (contr)adicción y desenfreno. Ahora no me importa nada. Esto es lo que quiero.
Felicidad, ven un momento. Quédate para siempre, es solo un rato. El surrealismo de este texto tiene fuste entre tus rizos. No me importa si te importa si es importante o te deja de importar, no me importa, de verdad. Solo quiero diluirme.¡No me hagas llorar!
Me acuarelo en tus lágrimas de emoción. Brilla tu sonrisa en el espejo de mi corazón.
Déjame pasar, solo voy a quedarme toda la vida. ¿Quieres?
Pca. Harta de las cosas cortas.
Comentarios
Publicar un comentario