Mi diario se llama Dios 1

Lo que me susurra el Cielo

Cuando algo es tan retorcidamente inusual para tus encasilladas razón y mente, solo te queda gritar. Aunque la mayoría de las veces nadie a tu alrededor, absolutamente nadie escuchará tu voz. Y ese es el problema, la implosión es un tema delicado y cuando el ser humano no es escuchado.... estalla por dentro.

Seguir ese camino que a tus ojos se va deshaciendo como nube de polvo tras el huracán, es duro como poco. Pero... ¿Y si llegas? ¿ Y si está tu recompensa al final del camino? En mi opinión, tu mente ya no puede dilatarse más, lo huesos de tu razón no se hallarán jamás tan sumamente quebrantados.

"Desde aquí puedo oír cómo gritas, yo sí te escucho, yo estoy dentro. Cada uno de tus gritos es un peldaño nuevo de tu escalera hacia lo verdaderamente bueno."

Habitual es rendirse, lo divertido: seguir. Dejarás tus pies hechos polvo de tanto pensar mientras caminas y tus oídos se hartarán de escucharte a ti misma.

"Yo nunca me cansaré, te llevaré de la mano todos los días."

Pca.

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