Fuego en las olas del mar
Anochecía y seguí pedaleando.
Me llamabas, yo te estaba escuchando.
Ardía mi corazón y seguí pedaleando.
Pronunciaste mi nombre, vi tus perfectos labios.
Latía en la desazón de no encontrarte, mi amado, pero seguí pedaleando.
Rozaste mi cuello y fuera el control, otra vez pierdo el manejo... Pero no me quejo, te dejo.
Se encendieron mis ojos como si fuera a llover, dolía y yo seguí pedaleando.
Pusiste naranja el cielo como diciendo 'Te quiero' y me susurraste al oído 'Ven para siempre conmigo'.
Luego vinieron mis dudas y te negué electrizada. Siento haberlo hecho, me pudo ese temblor y su negra mirada.
Entonces llegó tu caricia salada y esa necesidad en mi piel de tener tus manos pegadas. Y te dije que sí, agonizaba. Te juré amor eterno mientras mi respiración entrecortada se colaba entre tus sueños.
Pca. Místico.
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