Lo mucho que me ayudas

Mucho. Expresa cantidad. Y ¿sabes? Me parece absurda la cantidad. Indicarla implica definir, concretar demasiado. Pero es curvo el sentir artista, difuso, abstracto. Libre. Y no consiente cercar sentimientos, no priva de ninguna libertad. Por lo tanto damos por prohibida la maldita cantidad. Así hacemos único al verbo ayudar, lo dejamos volar. Extenderse, soñar. Que use de escalera mi alma entera para llegar a donde quiera. Que ocupe todo y no deje espacio al dolor ni al llanto. Que brille en tus ojos y me hipnoticen tus risas. Todas tus risas. Pues lo mucho que me ayudas no podría clasificar, porque sería menospreciarlo atarlo a una cantidad.

Dejemos que un verbo suene y nos haga respirar. Pca.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Martes diecisiete

Exigencias de sangre

Una nueva perspectiva