Encontré un fin
Tengo unas ganas brutales e insaciables de escribir. Pero no tengo claro con qué fin y no imagináis la mala leche que me entra cuando me pasa esto.
Amiga mía, de Alejandro Sanz, está sonando y me trae tantos recuerdos que me voy a marear. El almacén de emociones y anhelos que tengo en el corazón se satura tan rápido...Supongo que es por el absurdo grado de intensidad que les inyecto a cada una antes de almacenarlas. Al final, acaban hinchadas, como esponjas, de sensaciones y detalles que ni ellas mismas saben.
Saber, grandioso verbo. Si yo pudiera saberlo todo, si se me brindase dicha capacidad, empezaría por saber qué sientes e intentaría hacerte cambiar de opinión (emoción). Luego querría saber qué es lo que quieres, te lo daría para que me perdonaras. También me gustaría saber por qué, para entender. Lo malo es que jamás lo sabré todo...De cualquier manera es una estupidez. Sería un aburrimiento vivir sabiéndolo todo. Aunque un poco de entendimiento no está mal de vez en cuando...
A veces me hundo en un sinsentido tan profundo que no puedo respirar, empiezo a patalear y agito mis brazos con fuerza, intentando escapar. Cuando me despierto eran mis sábanas las que me iban a ahorcar. Otras veces es un mar de recuerdos lo que me atonta y me encuentro semidormida sobre alguna losa fría del baño, con la cara rosada como si llevara horas corriendo, persiguiendo algo que huye de mi.
Odio cuando mis deseos se burlan de mi, hacen de todo por esquivarme, me sacan la lengua y me gritan ¡atrévete! Casi nunca me atrevo.
Encontré un fin....
Soy muy cobarde ¿sabes? Sí, supongo que lo sabes. Tú particularmente me das mucho miedo y, aunque no hayamos intercambiado ni una mirada hoy, seguro que has notado lo asustada que estaba. Me pregunto si te daré pena...Quizás te hace gracia, acorralarme con tu orgullo y toda tu fuerza en la esquina de mi propia alma. Con tu voz fuerte y segura me achantas y me metes dentro de mi, curioso. Es como pegarme pero sin rozarme. Tan humillante como que te escupan. Aunque estoy segura de que es pura paranoia. Quiero decir...no me considero una loca, ni tú tampoco lo estás, pero...no sé como decirlo. Todo está en mi cabeza. Seguro que no es tan profundo ese negro que cubre mi iris cuando te acercas, seguramente todo pase y yo sea feliz.
Por ahora solo te pido que no me trates así. Aléjate de mi. No, perdóname. Solo eso.
Pca.
Amiga mía, de Alejandro Sanz, está sonando y me trae tantos recuerdos que me voy a marear. El almacén de emociones y anhelos que tengo en el corazón se satura tan rápido...Supongo que es por el absurdo grado de intensidad que les inyecto a cada una antes de almacenarlas. Al final, acaban hinchadas, como esponjas, de sensaciones y detalles que ni ellas mismas saben.
Saber, grandioso verbo. Si yo pudiera saberlo todo, si se me brindase dicha capacidad, empezaría por saber qué sientes e intentaría hacerte cambiar de opinión (emoción). Luego querría saber qué es lo que quieres, te lo daría para que me perdonaras. También me gustaría saber por qué, para entender. Lo malo es que jamás lo sabré todo...De cualquier manera es una estupidez. Sería un aburrimiento vivir sabiéndolo todo. Aunque un poco de entendimiento no está mal de vez en cuando...
A veces me hundo en un sinsentido tan profundo que no puedo respirar, empiezo a patalear y agito mis brazos con fuerza, intentando escapar. Cuando me despierto eran mis sábanas las que me iban a ahorcar. Otras veces es un mar de recuerdos lo que me atonta y me encuentro semidormida sobre alguna losa fría del baño, con la cara rosada como si llevara horas corriendo, persiguiendo algo que huye de mi.
Odio cuando mis deseos se burlan de mi, hacen de todo por esquivarme, me sacan la lengua y me gritan ¡atrévete! Casi nunca me atrevo.
Encontré un fin....
Soy muy cobarde ¿sabes? Sí, supongo que lo sabes. Tú particularmente me das mucho miedo y, aunque no hayamos intercambiado ni una mirada hoy, seguro que has notado lo asustada que estaba. Me pregunto si te daré pena...Quizás te hace gracia, acorralarme con tu orgullo y toda tu fuerza en la esquina de mi propia alma. Con tu voz fuerte y segura me achantas y me metes dentro de mi, curioso. Es como pegarme pero sin rozarme. Tan humillante como que te escupan. Aunque estoy segura de que es pura paranoia. Quiero decir...no me considero una loca, ni tú tampoco lo estás, pero...no sé como decirlo. Todo está en mi cabeza. Seguro que no es tan profundo ese negro que cubre mi iris cuando te acercas, seguramente todo pase y yo sea feliz.
Por ahora solo te pido que no me trates así. Aléjate de mi. No, perdóname. Solo eso.
Pca.
Comentarios
Publicar un comentario