Tochita

Sobre deseos y piel de bebé


Refleja tranquilidad, eso ante todo. Excepto cuando arruga la nariz como enfadada. Creo que le molesta el flash de mi cámara (nota mental: echar fotos sin flash).

Pegada al colchón con los ojos entornados para conseguir más detalles de su recién nacida piel, se me pasa el tiempo. Intento comprender qué lleva dentro, que se mueve por sus pensamientos, qué hace que apriete los ojos y sus dedos se deshagan en extraños movimientos.

Cuando le pongo el dedo en la cara, con cuidado de no aplastarla, parece protegida. Es tan chiquitita... A veces tiene la piel fría y mis manos calientes, de ilusa que escribe, le ayudan. O al menos esa es mi teoría...

Me relaja mirarla.
Opino que no sabe nada pero se huele algo. Dentro de su cabeza deben vivir miles de extraños, entre ellos yo, estoy segura. Le va dando forma a sus ideas sin color ni tamaño concreto. Es como un lienzo solo con el preparado previo al color. Me gustaría ser ese color...


Tengo ganas de llenarle la cabeza de vida, de contarle un montón de historias y de enseñarle a crear. Le diré como hacer para subir al cielo, le advertiré de que no esté demasiado tiempo en el suelo. Ojalá encuentre alas y las sepa coser, ojalá vuele mucho...

-¡No tan alto, Tochita! No te vayas a perder...


Y mientras recorro con mis dedos el contorno de su cara, recuerdo que le tengo que advertir acerca de sobrevivir. Le hablaré de sobrevidas y me encargaré de que sepa que los mejores regalos se hacen con las manos.


Creo que ya está todo.

Continuará...




Cualquiera diría que es la once. Pca.

Comentarios

  1. Sq va a ser tu ahijada y se acabó. jajajaj Es preciosa Verita! iii!!

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