Refugio a punto

Sobre auxilio divino


Si me atrapa un sufrimiento inquebrantable, que a mis ojos lacrimosos es aún más que grande, te puedo sentir.
Como cueva excavada en la roca de la fortaleza, apareces. Refugio a punto para mi semblante herido.
Si me ataca en la noche oscura el señor del dolor, que se hace fuerte en los que amo y a costa de mi dolor, te veo.
Fuerte como un guerrero, suave como la caricia que anhelo. Refugio a punto son tus manos sobre mis temblorosos dedos.
Si tambalea mi corazón sacudiéndome de lágrimas el alma, alma tantas veces hundida, tantas veces rota, a ti me agarro.
Firmeza soberana en la tierra entera, tranquilidad inmensa, la serenidad que en mí carece, el amor que muero por sentir.

No te vayas, Señor, quédate aquí. Pca.

Comentarios

  1. Los pelos de punta siempre que lo leo..

    ResponderEliminar
  2. Pues doy gracias de que no pierdan poder mis palabras, de que sigan siendo vida y te hagan sentir, a pesar de que el tiempo pase.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Martes diecisiete

Exigencias de sangre

Una nueva perspectiva